8 de febrero de 2006

Sobran las palabras


Después de mucho rato de que la culpa casi me reventara, decidí darme un tiempo para pensar tranquila, regalonear a mi hijo, jugar, despertarme tarde y disfrutar de la "natura".
Me llevé un libro, sólo un cd (que fue todo un éxito), muchas preocupaciones, un dvd de Barney, baldes, palas y todas esas invenciones para hacer castillos de arena, pena, ganas de olvidar y lamentablemente mi celular.
No pude escoger mejor escenario, una casa frente a la playa, una amiga incondicional y su familia encantadora.
Cómo me hacía falta ese tiempo para mi!!!, las conversaciones a la luz de la luna que no queríamos que terminaran nunca pero también me hacía falta entender que yo no soy la única que tiene problemas. Lo que partió como una especie de terapia para lograr reconstruir un poco mi vida se convirtió en un regaloneo ilimitado.
Después que logré contar TODO lo que me está pasando solo esperaba reproches, soluciones, consejos, retos pero en vez de eso me encontré con abrazos, gestos de cariño, desde desayuno a la cama hasta pisco sour echo por el dueño de casa especialmente.
Disfruté un montón, paseos a caballo, olas, hoyos en la arena, caminatas al atardecer, asados, nada de tomar sol (el torbellino de mi hijo gusta demasiado del mar asi que no había tiempo de tirarse en la toalla), conversaciones acompañadas de coronas y cigarros, cachos (tengo aptitudes para eso jijiji).
Y ahora pienso en todo de una forma distinta, la culpa aún no se ha ido, aunque me digan que era lo correcto, creo que mientras lo escuche así de triste voy a estar triste yo también y no puedo evitar extrañarlo, ponerme celosa, necesitarlo, decirle que lo quiero millones (Pero tampoco puedo evitar esperar que sea alguien mas quien me llame.....)
Fue un fin de semana de lecciones, las más importantes de todas es que los abrazos son mas necesarios que las palabras y que es una mala idea no despegarse del celular.

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