10 de abril de 2006

Vamos al Hielo Dos Otra Vez?



Manny, el mamut, Sid, el perezoso, Diego, el tigre dientes de sable y la desafortunada ardilla Scrat, están de regreso. Su vida cambia con este nuevo mundo en deshielo. Manny, Sid y Diego todavía siguen unidos y disfrutan las ventajas de su nueva realidad. El clima cálido trae una nueva aventura: una gran presa glacial que contiene al océano está a punto de reventar, por lo que amenaza a todo el valle. La única oportunidad de supervivencia se encuentra llegando al otro extremo. Los tres héroes, junto a sus nuevos amigos, se embarcan en una peligrosa misión a través de un ambiente que los llenará de desopilantes situaciones.


Ayer fui al Cine, a eso de la hora de almuerzo, fui a ver la Era del Hielo 2, en compañía de un hombrecito que hizo de todo esto un evento muy especial.
Primera vez que Agustín iba al cine y creo que fue todo un hito en su vida, no se si alguna vez se acuerde, por eso escribo acá para no perder detalles del acontecimiento y luego poder contarle todo sin disminuir ni aumentar.
Llegamos a la boletería y estaba muy ansioso, quería entrar pronto, pero ni siquiera sabía donde. Quería comer palomitas y cuchuflies, tomar bebida con bombilla y me preguntó si podía entrar con la pistola láser de Buzz Lightyear. Fue toda una odisea entrar al cine, yo cargada con mochila en la espalda, palomitas en una mano y la bebida en otra, Agustín afirmado de mis pantalones y distrayéndose con los afiches de cada sala. Todavía quedaba por solucionar el problema de la silla de niños, ya que mi nene no alcanza a ver de esos asientos que se hunden. Pero mis manos no alcanzan para tanto, así que con mucha paciencia, Agustín agarró la sillita y la trasladó desde el pasillo hasta las escaleras de la sala, la gente pasaba por su lado y se reía gustosa de la situación y yo no podía sentirme más orgullosa de mi pequeñito. Subir las escaleras no iba a ser fácil, ya estaba todo oscuro y pasaban una sinopsis de CARS, se quedó sentado a los pies de la escalera mientras yo subía a buscar la mejor ubicación y a dejar el cargamento. Me esperó un tanto asustado por el ruido de la sala y por la oscuridad, subió las escaleras solito y ya muy entusiasmado, se sentó observando todo, preguntando todo, el porqué de las luces, de la pantalla tan grande, porqué había que apagar el celular, porqué habían hoyitos para poner la bebida, porqué había mas gente, que cuando iba a empezar la película. Mientras yo me impresionaba su forma de ver las cosas, guardó silencio cuando empezó la película, se reía de las situaciones, se asustaba cuando había que hacerlo, me preguntaba cuando no entendía algo. Yo no sabía si era mejor ver la película u observar sus reacciones, mirar como comía palomitas y como tomaba bebida sin despegar los ojos de la pantalla, y al final, cuando empezaron los créditos, espontáneamente aplaudió, fue el primero de la sala, aplaudía y me miraba con sus ojos brillantes, quise apretarlo y besarlo, pero no interrumpí su deslumbramiento. Camino a casa habló todo el rato de los personajes y estuvo haciéndome preguntas para entender todavía algunas situaciones que a su corta edad es difícil de comprender.
Varias veces durante el día me dijo “¿vamos al Hielo Dos otra vez mami?”.

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